Aunque las turbulencias financieras copan las portadas de los periódicos, la necesidad de soluciones frente a los efectos del cambio climático sigue siendo una realidad acuciante. Más de 180 países han acordado durante una reunión en Bonn (Alemania) organizada por la ONU una agenda de trabajo para tener un nuevo tratado sobre el clima en 2015. Como trasfondo, persiste un ambiente de desconfianza que podría dificultar la consecución de avances durante el resto del año.
La secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Christiana Figueres, ha admitido que “no ha sido fácil acordar” el plan de trabajo. “Todas las partes querían recibir garantías de las demás para que les permitieran realizar el trabajo con una cierta comodidad”.
En las conversaciones de la ONU sobre el clima celebradas el año pasado se acordó un paquete de medidas para prorrogar el Protocolo de Kioto (de 1997) una vez que expire su vigencia, a finales de este año, y elaborar en 2015 un nuevo acuerdo legalmente vinculante para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que entraría en vigor en 2020.
En Bonn, los delegados de los distintos países han discutido durante más de una semana sobre cómo organizar el trabajo para elaborar ese nuevo documento y designar a la persona que dirigirá el proceso. En estos días se ha puesto de manifiesto la desconfianza que existe entre los participantes.
La Unión Europea ha acusado a China y a otros países en vías de desarrollo de realizar un “bloqueo de procedimiento” o de intentar da marcha atrás respecto al pacto alcanzado en Durban (Sudáfrica) alterando el enfoque de las negociaciones.
En el encuentro de esta semana se ha decidido unir en un solo foro las discusiones sobre la reducción de las emisiones de los países ricos y de los pobres, en lugar de tratar cada asunto por separado.
Sai Navoti, negociador de la Alianza de Pequeños Estados Insulares -que son más vulnerables ante el calentamiento del planeta-, ha dicho al respecto que “se ha superado un obstáculo difícil”. Pero “no hay duda de que será el primero de muchos y que debemos recordar que el tiempo no está de nuestra parte”, ha añadido.
Mientras, los países en desarrollo afirman que Estados Unidos, la UE y otros países ricos están intentando no tener que reducir aún más sus emisiones de gases de efecto invernadero ni aumentar los fondos que dedican a ayudar a las naciones más pobres a afrontar el cambio climático.
Las organizaciones ecologistas y los países más vulnerables a los efectos del cambio climático advierten de que se agota el tiempo para tomar medidas que eviten consecuencias desastrosas como temperaturas extremas, la acidificación de los océanos y el deshielo de los glaciares.
Aún queda mucho trabajo por hacer este año, como llegar a un acuerdo sobre cuánto tiempo se prorrogará el Protocolo de Kioto, decidir qué países lo firmarán y qué objetivos se fijarán para reducir las emisiones, así como pensar de qué manera se pueden conseguir 100.000 millones de dólares al año para 2020 con los que ayudar a los países en vías de desarrollo a afrontar el cambio climático.
Existe el consenso de que es necesario que las emisiones disminuyan significativamente para que el incremento de la temperatura media mundial no supere los 2 grados centígrados durante este siglo respecto a los niveles previos a la industrialización. Es el mínimo para evitar efectos catastróficos, según los expertos.
Sin embargo, las emisiones de dióxido de carbono alcanzaron una cifra récord el año pasado, según la Agencia Internacional de la Energía. Además, algunos países probablemente incumplirán sus objetivos de reducción de emisiones para 2020 y por ello el aumento en la temperatura media mundial podría alcanzar los 3,5 grados, según una investigación cuyos resultados fueron publicados este jueves.
El jefe del equipo negociador de la UE, Artur Runge-Metzger, ha afirmado que “la mayoría de los países quieren avanzar más rápidamente”, pero “hay un grupo relativamente pequeño que pone el freno”.
Solo faltan seis meses para que se celebre la próxima reunión sobre clima, en Doha (Qatar). Algunos países quieren que antes se celebren más sesiones de negociación, pero para ello será necesario que los distintos Estados se comprometan a aportar una financiación de entre 4,4 y 4,8 millones de euros, según Figueres.
Celine Charveriat, de la ONG Oxfam, ha destacado que la parte “positiva” de la reunión de Bonnn es que “se ha hablado de objetivos de reducción de emisiones más ambiciosos“. “Aunque se debe traducir en acciones, al menos ningún país piensa que puede eludir esta cuestión”, ha agregado
Fuente: ethic la vanguardia de la sostenibilidad